El mayor cuidado que hay que tener en verano respecto a los oídos, son el agua, la contaminación acústica y los cambios de presión atmosférica.
El agua
A la hora de darnos un baño, nos meteremos lentamente, por el cambio de presión, mayor en el agua, que regulara el organismo automáticamente.
Secarse los oídos después del baño con una toalla(nunca bastoncillos)
Uso de tapones de baño a medida, para evitar el contacto del agua con el oído y así reducir posibles casos de otitis.
En el caso de usuarios de audífonos, cuanto más lejos estén del agua mejor.
La contaminación acústica
En las fiestas de los pueblos, en ferias, conciertos, fuegos artificiales, el volumen puede ser demasiado elevado, pudiendo provocar zumbidos y sorderas temporales.
Una manera de reducir esta contaminación acústica, es ponernos los auriculares del teléfono (sin sonido) para disminuir el nivel de ruido.
Según la OMS Organización Mundial de la Salud ha sugerido que con niveles inferiores a 70dB durante las 24 horas al día no producirá deficiencias auditivas.
Cuidado con el sonido de los auriculares de música, que no sobrepase el ruido ambiente. Ya que un ruido continuado superior a 85 dB puede crear lesiones neurosensoriales irreversibles
Cambios de presión atmosférica
Durante el verano se producen mayor desplazamientos en aviones, en estos viajes entre el despegue y el aterrizaje del avión se producen unos cambios de presión atmosférica que pueden dañar los oídos, para evitarlo masticar chicles y en caso de bebes usar el chupete.