La podemos dividir en 5 etapas
ERA ACUSTICA
Comienza cuando a alguien se le ocurre poner la mano tras la oreja, y se da cuenta que aumenta su calidad sonora, produciéndose un aumento de 5 a 10 dB de ganancia.
Se habla también del uso de plantas tropicales como amplificadores del sonido puestas en forma de embudo en las orejas (costumbre que aún hoy puede observarse en muchas tribus de la selva amazónica cuando efectúan la caza de animales).
Los primeros datos hacen referencia a un cuerno seco y hueco, posible precursor de las cornetas. Dichos cuernos pudieron haberse usado tanto para producir sonidos como para oír
En lo que respecta a antecedentes más cercanos a nuestro tiempo, el Dr. K. W. Berger, en una de sus publicaciones, menciona que con las ruinas de la ciudad de Pompeya se han encontrado objetos de bronce con forma de embudo y una terminación espiral a fin de insertarlos en la oreja.
Asimismo hace referencia a un instrumento llamado «Sarvatana» aparentemente utilizado por los españoles (registro del año 1657 en un libro de medicina de Wolfgang Hoefer). Esta sarvatana estaría fabricada de plata o bronce y según el propio documento de Hoefer examinado por Berger, «es como un embudo cuya parte mayor se dirige hacia el que habla, mientras la parte menor se introduce en la oreja».
Con respecto a las trompetillas fueron durante siglos el único mecanismo de ayuda auditiva disponible, y su uso por personajes famosos, como Ludwig van Beethoven, les ha dado cierta repercusión popular.
ERA DEL CARBÓN
En el siglo XlX aparecen dos importantes personajes, que con sus descubrimientos, son los precursores del audífono, Graham Bell – cuya madre y esposa eran sordas- inventó un dispositivo electromagnético capaz de convertir los impulsos eléctricos en sonidos. En 1886, se produjo otro importante avance: Edison inventó el micrófono de gránulos de carbón. A partir de estos logros nacen los audífonos de carbón, cuya mecánica simplemente consistía en un micrófono de carbono (partículas de carbón), una batería de 3 a 6 voltios y un receptor. Conectados en serie estos elementos, el proceso consiste en que el sonido genera presión en las partículas de carbón, la cual provoca cambios fluctuantes eléctricos en el micrófono, que se transmite a los otros elementos hasta generar un campo magnético en el receptor, lográndose una amplificación del sonido de 20 a 30 dB.
El primer modelo que se comercializo se llamo Akouphone en 1902 y permaneció hasta 1940 para pérdidas medias y moderadas.
ERA DE LOS BULBOS
En 1923 se lanzó a la venta el primer aparato auditivo electrónico, es decir, que utiliza bulbos o válvulas electrónicas. Podía ser portátil ya que contenía las dos pilas que requería pero su uso era generalmente como instrumento de mesa. En este aspecto todavía no podía competir con las prótesis eléctricas, ya que estas sí podían llevarse en la vestimenta. Las pilas tenían dos funciones: una servía como calentador del polo emisor de electrones, mientras que la otra llevaba la señal transducida y amplificada.
ERA DEL TRANSISTOR
En 1952 aparece el primer transistor.
Los audífonos hasta el momento contaban con amplificadores basados en válvulas, los cuales presentaban grandes problemas debido a su tamaño, consumo de energía y fragilidad. El transistor, en cambio, inauguró la era de la electrónica, que domina el mundo hasta nuestros días. Fue en aquellos años donde se incorporó por primera vez un transistor a un audífono.
ERA DIGITAL
En 1977 se lanzo al mercado un nuevo tipo de batería, cinc-aire que utiliza el oxígeno del aire externo. Se duplicó el tiempo de vida de las baterías sin aumentar su tamaño y al mismo tiempo facilitó el proceso de miniaturización al permitir fabricar baterías más pequeñas con duración suficiente para ser prácticas.
En 1981 se adjudicó la primera patente de un circuito integrado a gran escala para una prótesis digital. Fue un paso importante ya que permitió el diseño de circuitos programables, con una o varias memorias e incluir todo esto en dimensiones más pequeñas, antes imposibles
Entre 1985 y 1990 se desarrollaron los primeros audífonos que incorporaban tecnología digital. Estos no eran audífonos realmente digitales sino que sólo utilizaban esa tecnología para aumentar sus posibilidades de calibración. Son los que conocemos como «audífonos analógicos programables digitalmente» o, sencillamente, «programables».
En 1991 aparecieron los primeros modelos peritimpánicos o CIC, prácticamente invisibles y logran crear presiones mayores con menor consumo de corriente debido a la gran reducción del volumen de aire entre el audífono y el tímpano.
En 1995 cuando tuvo lugar el lanzamiento de los primeros productos con características de procesamiento digital.
La diferencia fundamental entre un audífono digital y uno de tipo analógico es que este nuevo audífono posee en su interior una pequeña computadora capaz de realizar
millones de operaciones aritméticas por segundo. Todo el sonido que llega al audífono es convertido en series de números (en formato binario-bits) que son analizados y, de ser necesario, modificados.
En 2003 aparece el Open Fit y en 2005 el RITE.
Hoy en día existen varios modelos digitales tanto retroauriculares como intrauriculares y que pueden incluir varias bandas. Las bandas pueden tener ganancias, salidas máximas, tipos y grados de compresión. Los modelos pueden tener dos o más memorias programables que permiten almacenar varios sistemas de amplificación. Algunos también incluyen circuitos especiales tanto para la eliminación de ruidos ambientales como para la reducción de la retroalimentación.