Cuántas veces hemos oído eso de que hay que cuidarse la piel en verano, que si el sol es muy perjudicial, que si mira ese que rojo no se ha dado crema….
Eso que es muy importante para nuestra salud y nuestra piel lo tenemos, todos asumidos, incluso desde que nacemos, los niños de muy pequeñitos nos están pidiendo crema para no quemarse en la playa, piscina, montaña…
Pero y los ojos nos preocupamos lo suficiente. Demos un paseo por cualquier playa de nuestro país y veremos ¿cuánta gente lleva gafas de sol?, y ¿cuántos niños?, ¿cuántas de ellas están compradas en óptica con su homologación de protección con los controles precisos para no perjudicar nuestra vista? Nosotros hacemos las preguntas, vosotros encontrareis una respuesta fácil dando el paseo que os ofrecíamos antes.
Vamos a explicar un poco el efecto nocivo del sol sobre nuestros ojos.
La alta exposición del sol sobre nosotros, supone una alta exposición a la radiación ultravioleta (UVA), que unida al deterioro de la capa de Ozono, está dando como resultado un alto incremento de cataratas (factor desencadenante de ceguera en 20 millones de personas en el mundo), y otras anomalías relacionadas con nuestra salud ocular y visual como:
-Inflamaciones agudas de conjuntiva (conjuntivitis).
-Inflamaciones de la córnea (queratitis)
-Aparición de procesos degenerativos de la superficie ocular (pinguécula, pterigum)
-Retinopatias, DMAE…
Por todo es fundamental las gafas de sol que protegen de esto rayos UVA / UVB (responsables del envejecimiento celular y vinculados a las quemaduras y cáncer de piel). Y no solo unas gafas de sol sino una gafa homologada, Una de cada 3 no están homologadas.
Esta homologación hace que te asegures una protección adecuada, y que las radiaciones dañinas no penetren más al interior del ojo y que es lo que hace una no homologación de gafa que es peor incluso que no llevar nada.
En el caso de los niños el problema es aún mayor, ya que su ojo es más vulnerable ya que durante el primer año de vida el cristalino que ejerce de filtro deja pasar a la retina el 90% de la radiación UVA y el 50% de UVB, además la pupila permanece dilatada más tiempo que en adultos. El 50% de la radiación que recibimos en nuestra vida es antes de los 18 años. Todo esto conlleva daños a corto plazo (queratitis, quemaduras solares, fotofobia y enrojecimiento de ojos), y lo que es peor a largo plazo (alteraciones corneales, lesiones degenerativas y quemaduras en la retina)
Por esto siempre recomendamos un buen asesoramiento profesional, huya de mercadillos, y chiringuitos de falsificaciones.